Después de Auschwitz


Eugenia Unger es una sobreviviente de la Shoá que, en los últimos años, se ha dedicado a dar testimonio de lo que le tocó vivir bajo el nazismo: en el ghetto de Varsovia, en los campos de Lublin, Majdanek, Auschwitz-Birkenau, Ravensbrik, Resov y Malajov, y en la “Marcha de la muerte”. Esas vivencias fueron reflejadas en su primer libro: Holocausto. Lo que el viento no borró. Esta ímproba tarea la realizó tanto en Buenos Aires y en el interior de Argentina como en el exterior del país, y su relato fue elegido para integrar el mediometraje algunos que vivieron, dirigido por Luis Puenzo e integrante de la serie “Broken Silence”, de la Shoah Foundation. Como bien dice el doctor José Edgardo Milmaniene en el prólogo, en este libro Eugenia Unger “relata el esfuerzo titánico para reconstituir su vida, la pasión por fundar su familia, su anhelo de integrarse a una nueva sociedad y, lo más importante, su constante e inclaudicable lucha por preservar la memoria de la Shoá”. En el primer capítulo se resumen sus vivencias desde su niñez hasta la liberación, en 1945. Luego pasa a testimoniar su regreso a Polonia, la vida en los campos para desplazados en la Europa de posguerra, su casamiento en esas circunstancias y el nacimiento de su primer hijo. Después se dedica a narrar las peripecias que le permitieron arribar a Buenos Aires y como aquí, junto a su marido y su cuñado, fue organizando su vida, criando a sus hijos y trabajando denodadamente para asegurarse el porvenir. Finalmente aborda su integración a la asociación de sobrevivientes Sherit Hapleita y la Fundación Memoria del holocausto y su convencimiento de que debe dar testimonio de lo ocurrido en la Shoá, para que ello no vuelva a repetirse.  La profesora María Cristina Alonso escribe el epílogo de este libro. En él afirma que existe “una estrecha relación entre la voz femenina y la memoria” y que, por lo tanto, Eugenia Unger se convierte en “la voz femenina que narra”, pues “no puede vivir sin contar, y cuando cuenta, vuelve a revivir escena que no sólo le dejaron marcas en la piel, sino –lo que es peor- le dejaron el infierno de la repetición”. La historia que nos narra esta voz femenina tiene un valor testimonial sustancial, pues se refiere a los sufrimientos de los sobrevivientes una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, cuando –apesadumbrados y ansiosos- buscaban un lugar en donde poder vivir y trabajar, mientras las naciones “civilizadas” se lo negaban. Hace décadas, una película, El azote 81, afirmaba que mientras, en los campos, los nazis muchas veces castigaban a los judíos con ochenta azotes, muchos recibían después otro más, el 81, cuando no les creían lo que contaban que estaba sucediendo. Hoy, eso ya no ocurre, pero son muchos los que todavía creen que, una vez vencido el nazismo, a los sobrevivientes de la Shoá se les terminaron los suplicios. Y no fue así. Eugenia Unger, en Después de Auchwitz. Renacer de las cenizas, nos explica claramente, a la vez que nos enseña como sobrellevaron esas penuerias. En definitiva, tanto en Después de Auchwitz. Renacer de las cenizas como en Holocausto. Lo que el viento no borró, Eugenia Unger nos ayuda a mantener viva la memoria.

imagen del libro Después de Auschwitz

Autor:Eugenia Unger

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EDICIÓN: 1ra edición

IDIOMA: Español

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