El extraño cuchillo nazi que apareció en Buenos Aires


jueves, 27 de enero del 2022

Lo donaron las bisnietas de un soldado italiano al Museo que conserva la memoria de la Shoá. Dicen que “es raro”.

El extraño cuchillo nazi que apareció en Buenos Aires

jueves, 27 de enero del 2022


Lo donaron las bisnietas de un soldado italiano al Museo que conserva la memoria de la Shoá. Dicen que “es raro”.


Fuente: Clarín

Un extraño cuchillo nazi llegó al Museo del Holocausto. El arma blanca desembarcó en Argentina a través de un soldado italiano que combatió en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) que recolectaba armas y otros elementos bélicos. Se instaló en el país pero su identidad no trascendió. Sus bisnietas se comunicaron con el Museo y donaron el objeto.

El elemento bélico mide 26 centímetros de largo por 5 de ancho, fue donado en agosto del año pasado y se exhibe desde noviembre. Sorprende una esvástica incrustada con los colores rojo y amarillo en forma de rombo sobre el mango negro. Desde el Museo pudieron constatar que se trata de un cuchillo original que pertenecía a las Juventudes Hitlerianas pero aún permanece en estudio.

Para los especialistas es una “rareza” ya que las Juventudes Hitlerianas (en alemán, Hitlerjugend o HJ) solían utilizar cuchillos de distintas variedades hasta su estandarización, en 1938, pero no eran tan largos como éste. Aún no quedó establecido el año de su fabricación pero, de acuerdo a su actual estado de conservación y desgaste, su origen podría ser de 1935 o 1936, en medio del auge del nazismo, antes de la Guerra.
El nuevo cuchillo nazi forma parte del patrimonio de este museo cuya finalidad consiste en reconstruir la historia contenida en su materialidad a través de los objetos materiales obtenidos que, en muchos casos, fueron donados.

Se trata de un documento testimonial del horror durante el Holocausto o la Shoá. Esta pieza fue incorporada a la colección de armas blancas de la Segunda Guerra Mundial en la muestra permanente que se exhibe en el subsuelo de la calle Montevideo 919.

“Los objetos que ingresan al museo como estos objetos nazis suelen venir porque los donantes compraron una casa y lo encontraron ahí. Siempre tienen como orígenes inesperados. Por lo general, la gente quiere desprenderse de esos objetos cuando los encuentran porque les ‘quema’. En este caso, fueron donantes las bisnietas de este soldado italiano que peleó en la Segunda Guerra. Lo trajeron con su madre”, cuenta Serafina Perri, responsable del Patrimonio del Museo del Holocausto de Buenos Aires, quien estuvo a cargo de la recepción, estudio e investigación de este objeto bélico.

"Es raro"

Según la especialista, este cuchillo nazi “es raro” porque no reúne las características de los otros cuchillos que utilizaban las HJ. “Por eso lo tenemos en estudio”, agrega.

El cuchillo está confeccionado con una aleación de zinc. Desde el museo explican que para dar con el material preciso habrá que hacer una expertización: es decir, partir el cuchillo para poder tomar un pedazo de su material y analizarlo mejor, pero advierten no se dedican a ese tipo de investigación ni tampoco a la restauración. El foco está puesto en la conservación y en la concientización.

“A la vista y al tacto la empuñadura tiene una aleación de zinc. El filo es de acero al carbono, un acero anterior a la estandarización (1938) y se oxida. Tiene una oxidación extraña; después se hicieron cuchillos de acero inoxidable”, subraya Perri.

Este cuchillo convertido en objeto evidencia un pronunciado desgaste a la altura de la empuñadura y en la parte del filo. Además, está oxidado en varias partes. Éste y otro tipo de elementos despejan todo tipo de dudas y certifica que esta arma blanca tiene su origen en el Tercer Reich, por lo que se descarta que este cuchillo sea falso.

Entiendo que es un cuchillo de las Juventudes Hitlerianas por el rombo embutido. Está muy bien incrustado y eso me resultó impactante. No me quedan dudas, pero sigue la investigación. Hay que ver en qué momento se hizo. En cambio, hay otros que son diferentes, son más chicos, pero éste es grande, tiene la empuñadura grande, es muy ancha”, afirma Perri, Licenciada en Museología.

Existen algunas diferencias respecto a otros cuchillos estudiados que también pertenecían a las HJ. En este caso, se observa el ondulado de la empuñadura, el guardamano (dispositivo saliente entre filo y la empuñadura para preservar la mano) y el mango. A su vez, presenta un tamaño demasiado grande para ser manipulado por niños y jóvenes desde los 10 años.

¿Verdadero o falso?


Según explican desde el museo, su autenticidad se obtiene a partir de diversos elementos: el rombo incrustado con la esvástica es muy difícil de extraer y no se le agregó a la empuñadura. Otro indicador clave es que su tamaño tiene que coincidir con otras medidas de otras piezas.

“Sería fantástico hacerle una prueba sacándole un poquito de metal para evaluarlo con exactitud pero eso no se hace, es muy difícil, no lo hace todo el mundo, eso se llama expertización”, explica la museóloga.

“Pero con el tiempo te das cuenta cuando hacés muchas pruebas: lo manipulás, lo comparás, hacés una descripción minuciosa. En mi caso, le saco fotos y las amplío, voy viendo el desgaste, la pátina del tiempo. Eso es imposible de crearla en un objeto falso”, destaca.

En cambio, los especialistas señalan que una copia es muy violenta al momento de su fabricación: “brilla demasiado, se nota. Además, por el peso que tiene el objeto. Se nota mucho, pero el desgaste es imposible crearlo. En este caso, este cuchillo está muy gastado y tiene la fecha que estimo: entre 1935 y 1936, pero no lo puedo afirmar porque todavía está en estudio”, advierte Perri.

Historia del cuchillo nazi

Los cuchillos de las Juventudes Hitlerianas fueron utilizados entre 1922, cuando fueron creadas, hasta 1945, cuando finalizó la Segunda Guerra. Durante ese período hubo una variedad de modelos hasta su estandarización, en 1938. Su uso obligatorio fue establecido en 1928 y cada miembro debía comprar el arma que formaba parte de su uniforme. Como las dagas, anillos de las SS y prendedores con la esvástica, entre otros elementos con simbología nazi.

Por eso, la compra de este tipo de armamento era obligatoria en la Alemania de Hitler ya que formaba parte de la vestimenta de los jóvenes nazis de 14 a 18 años. Incluso, su uso se extendió a los niños de 10 años.

Estos cuchillos son comparados con las dagas de las Schutzstaffel (conocidas como las “SS” o escuadrón, comando de protección) y las Sturmabteilung (o “SA”, las tropas de asalto), pero no son iguales. Un cuchillo es un arma blanca con lomo y borde sin filo. En cambio, las dagas tienen filo en ambos lados, como las espadas. Si bien pertenecen a la categoría ‘armas blancas’, no son lo mismo”, explica el @museoshoa en su cuenta de Twitter.

Perri agrega que el cuchillo nazi cumplía varias funciones: “una función estética, otra letal y también para cortar porque un cuchillo corta, no se introduce en el cuerpo, corta porque tiene lomo. En cambio, las espadas, las dagas y los estiletes tienen doble filo. Esa es una de las diferencias”.

El uniforme que utilizaban las Juventudes Hitlerianas (al menos entre 1934 y 1938) estaba compuesto por una camisa parda, pantalón de pana negro, cinturón de cuero con cierre, una correa sujeta al hombro, un pañuelo y un cuchillo.

En la mayoría de los casos, el Estado alemán solía emitir sellos de calidad denominados RZM Reischszeumeisrtrei, una oficina de control de calidad que tenía el propósito de garantizar que el material comprado era de calidad cuando las HJ compraban dagas, cuchillos, anillos de las SS, prendedores o cualquier elemento identificatorio al Tercer Reich. Sin embargo, existen piezas originales que no llevaban ese sello de control, aclaran desde el museo.

Una vez recibido el material, el foco del Museo del Holocausto está puesto en la conservación y en la concientización. “La política es acondicionarlo lo que más se pueda pero no intervenimos el objeto, no lo restauramos, lo conservamos en las condiciones óptimas”, indica la museóloga.

El lugar cuenta con dos salas de guardas de última generación pero no tiene como finalidad restaurar objetos originales sino conservarlos en su estado natural. “La restauración ya modifica el objeto. En general, se trata de acondicionarlo, limpiarlo, guardarlo con materiales libres de ácido, se le hace una caja especial. Se estudia cómo se va a guardar, de qué manera, dónde y cómo. No se restaura”, aclara Perri.

Cabe destacar que por más que sea un cuchillo, un arma de fuego o un arma blanca, toda pieza u objeto que ingresa a un museo pierde su función original, para qué se fue creado, y deviene en otro objeto, en el objeto museológico. A partir de la materialidad de los objetos se recupera la memoria.

“El objeto museológico pierde su función original y pierde su contexto original pero a partir de un proceso de museificación cambia su estatus y se convierte en formación, en documento, en portador de la historia, en portador de significados”, indica Perri, y agrega: “para nosotros (Museo del Holocausto) o para los museólogos, el objeto ya no es un cuchillo letal, es un objeto portador de la historia nazi, es portador de significados por el tema del nazismo. Se transforma en un objeto museológico y nos permite materializar la evanescente memoria. La memoria a veces no quiere recordar, en cambio, con los objetos que tenemos en el museo recordamos todos los días a la Shoá, al Holocausto”.

Otras armas

Además de este cuchillo de las Juventudes Hitlerianas, en el museo se exhiben otras armas blancas como el cuchillo Camillus y la daga nazi. También hay un fusil nazi, una máscara de gas y un machete que usó la Resistencia, entre otros objetos.

El primero es un cuchillo de combate CAMILLUS USN MK1 que fue utilizado por la Marina de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, con una funda para sujetar de las presillas del cinturón. Este cuchillo es oficial, de uso letal, y también para usos alternativos. Posee una hoja de acero amolada para aligerar su peso, con contrafilo. La empuñadura constituida por arandelas de cuero mientras que la funda es de tela rígida entretejida con remaches de sujeción, tira superior con clip de sujeción para anclaje a cinturón pensada principalmente para llevar el cuchillo en la pierna

Además, se adaptar para llevarlo de una forma más discreta. Está unida al compartimento para la hoja por una banda de metal que lleva inscripción de la Marina estadounidense y el modelo del cuchillo. Es el primero de otros que se hicieron. En el reverso, posiblemente la inscripción corresponda al nombre de la compañía. Es de polímero rígido.

La otra es la daga de oficial de la aviación nazi (Luftwaffe): una hoja de acero en forma de estilete con sello grabado del fabricante PUMA de Solingen, de Alemania. La guarda tiene la forma del símbolo de la aviación con águila que sostiene la esvástica en garra.

En tanto, la empuñadura es de celuloide color naranja envuelta en forma helicoidal con hilos de cobre. Lleva el pomo redondo de metal ornamentado con hojas de roble que envuelve esvástica central en doble círculo con un cordón plateado que remata en borla. La vaina es de acero al carbono granulado mientras la puntera está ornamentada con hojas de roble. Tiene dos anillas de sujeción y una cinta para colgar que está muy gastada, con gancho de sujeción al pantalón. Es el segundo modelo de esta arma blanca, fabricada en 1937.Estos dos elementos y una daga de madera de las SA -aún no exhibida, también fueron donadas al museo y forman parte de la vitrina de la Segunda Guerra Mundial que se encuentra en el subsuelo.

El Museo del Holocausto de Buenos Aires posee una colección de 6.500 piezas entre objetos bidimensionales como fotografías, documentos, cartas y tridimensionales como uniformes de prisioneros, objetos de la guerra, de la Shoá, entre otros. Su colección continua creciendo en estos días.

Por eso, cada pieza nazi que ingresa al Museo del Holocausto representa un objeto menos para los promotores del odio. Las donaciones se pueden realizar través del siguiente mail: patrimonio@museodelholocausto.org.ar.

Visitas al Museo

Museo del Holocausto

Dirección: Montevideo 919. CABA.

Días y horarios: de lunes a jueves de 11:00 a 19:00.Visitas presenciales.

Tiempo Máximo del recorrido: dos horas (con audioguía)

Para solicitar un turno: inscribirse aquí.

Entrada: Gratis.

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